Recuperando al huemul restauramos ecosistemas a gran escala

Este domingo se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente, un día que nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza y que a la vez nos llama a la acción urgente para protegerla. Hace un año atrás fue el lanzamiento oficial del Decenio de la Restauración de los Ecosistemas de las Naciones Unidas, una iniciativa que busca prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas en todo el mundo. Hoy, nos quedan nueve años para alcanzar esa meta y, al menos en la Patagonia, el huemul es sin ninguna duda, una de las especies clave para lograrlo, tal como lo han señalado expertos internacionales: es uno de los grandes mamíferos con el mayor potencial para avanzar hacia una restauración efectiva de los ecosistemas en el planeta.

El huemul como especie emblemática de nuestro patrimonio natural, se encuentra en grave peligro de extinción, siendo el ciervo más amenazado del continente. Sus pequeñas y fragmentadas poblaciones apenas alcanzan los 1.500 ejemplares en Chile y Argentina, cifra que representa menos del 1% de su población original. Su alta vulnerabilidad está asociada principalmente a actividades humanas, como incendios forestales, caza ilegal, fragmentación y degradación de su hábitat, además del impacto de especies exóticas como el ciervo rojo y el jabalí. No obstante, el ataque de perros, los atropellos y las enfermedades transmitidas por el ganado, son también amenazas que requieren intervenciones urgentes.

Durante casi dos décadas hemos realizado un llamado respecto a la urgencia por conservar y recuperar su hábitat. Hoy más que nunca, su conservación, así como la de grandes espacios naturales, requiere de un compromiso permanente y la implementación de acciones concretas, a través de la colaboración interinstitucional y la activa participación de comunidades y vecinos.

Como indicador de la salud de los ecosistemas, el huemul conforma esta avanzada en la cruzada por la restauración, que busca revertir la crisis global que hemos desencadenado. Pese a que a veces lo vemos como una especie frágil, representa la resiliencia y la fuerza de la naturaleza que ha sido capaz de resistir, pese a todas las agresiones que le hemos causado. No estamos solo recuperando una especie, sino que a la naturaleza en su sentido más amplio, desde hongos, líquenes e insectos hasta los extensos bosques andinos del cono sur. Esta es la misión que estamos impulsando a través del Corredor Nacional del Huemul, que busca restablecer sus poblaciones en áreas claves de conservación en la Ruta de los Parques de la Patagonia.