Activismo

Patagonia sin Represas

Activismo

La conservación por sí misma no puede asegurar la salud permanente de los ecosistemas: el activismo es fundamental, razón por la que nos hemos involucrado en diversas campañas ambientales que defienden los lugares que amamos y en los que trabajamos. El activismo toma muchas formas, desde conservar los paisajes amenazados hasta educar a la próxima generación de ambientalistas. Nuestro activismo está firmemente arraigado en la creencia de que los lugares y criaturas silvestres tienen un valor intrínseco, y de que es necesario un cambio en nuestra relación con la naturaleza.

“Sentimiento sin acción es la ruina del alma”

Edward Abbey

Red de Filantropía Ambiental

Si bien nuestro país ha avanzado mucho en términos de conservación, aún no existe una cultura de la filantropía ambiental, ni las condiciones adecuadas desde las políticas públicas para fomentar que los privados colaboren en beneficio del medio ambiente. De hecho, las donaciones con fines ambientales se castigan con altos impuestos para el donante y para el donatario, por lo que es urgente modificar la ley.

Para avanzar hacia una cultura de filantropía ambiental, junto a otras 50 organizaciones sin fines de lucro, nos hemos organizado en la Red de Filantropía Ambiental, a través de la cual buscamos que el país transite hacia los beneficios tributarios para fomentar las donaciones en materia ambiental.

Reconocemos que el cuidado del medio ambiente no es de exclusiva responsabilidad del Estado, sino que de todos los actores de la sociedad, es decir, que ciudadanos, empresas y organizaciones de la sociedad civil, estén disponibles para realizar acciones que generen cambios significativos, entendiendo que la filantropía no es meramente donar dinero, sino que es un conjunto de valores y actitudes que pueden darse en todos los sectores sociales.

Patagonia sin Represas

La lucha contra una empresa transnacional que pretendía construir grandes represas hidroeléctricas en la Patagonia chilena se transformó en la batalla ambiental más grande y épica de nuestro país. En el 2007, HidroAysén -un consorcio entre Endesa-Chile y Colbún- anunció su plan de construir cinco grandes represas en los ríos Baker y Pascua. Propusieron una línea de transmisión de 2.250 kilómetros para transportar la electricidad a Santiago. La línea de transmisión habría atravesado ocho regiones, fragmentado hábitats e interviniendo más de una docena de parques nacionales y reservas.

Una gran coalición de más de 80 ONGs, a través del Consejo de Defensa de la Patagonia, luchamos por años contra el proyecto con tenacidad y creatividad, argumentando que los impactos ecológicos y culturales de estas megarepresas y la línea de transmisión asociada eran inaceptables, ya que las necesidades energéticas del país podían ser satisfechas sin destruir una de las biorregiones más prístinas de Chile. La alianza visibilizó, entre muchos impactos, el hecho de que las represas dañarían el potencial económico de la Patagonia, basado en el turismo como consecuencia de la conservación.

La campaña Patagonia chilena ¡sin represas! elaboró los comentarios técnicos específicos en respuesta a la evaluación de impacto ambiental que presentó Hidroaysén, demorando el proyecto y forzando a la empresa y al Estado a reevaluar el proyecto. Llevamos a cabo una campaña a gran escala en los medios, usando cientos de carteles camineros de gran formato, innovadores insertos a página completa en los periódicos locales y nacionales, anuncios en la radio y la televisión, y actualizaciones permanentes online para elevar la conciencia del público y generar apoyo. El sitio web www.patagoniasinrepresas.cl y el lanzamiento de un libro de gran formato (LINK A DESCARGABLES) fueron piezas centrales de esta campaña de educación pública.

En junio de 2014, después de siete años de fuerte oposición, el gobierno rechazó la autorización para construir las represas de HidroAysén. Esta victoria reflejó que un movimiento medioambiental unido es capaz de definir el destino de un territorio.

Campaña contra la salmonicultura

La industria salmonera ha crecido en Chile de forma exponencial, convirtiéndose en un negocio multimillonario que genera grandes efectos negativos en el medioambiente. De Puerto Montt al sur, se observan cientos de centros de cultivos, donde toneladas de salmones atlánticos no nativos son criados en balsas jaulas en el mar.

La progresiva industrialización de este sector ha ido dañando las costas que anteriormente fueron prístinas, con poca información científica sobre los impactos que ha ido causando.

Para aportar información sobre los efectos de esta industria, ayudamos a financiar uno de los primeros estudios sobre los efectos a nivel local de la acuicultura del salmón en Chile. Los resultados publicados en 2006 en el Journal of Marine Systems por biólogos independientes asociados a universidades chilenas e irlandesas, informaron sobre “altos niveles de degradación ecológica y de contaminación” en las áreas próximas a las instalaciones de producción de salmón en el Fiordo Pillán.

Asimismo, organizamos un encuentro en 2007 de líderes activistas chilenos junto a opositores a la acuicultura provenientes de EE.UU., Canadá, Argentina, Noruega, Escocia e India. Esta pequeña cumbre realizada en el Parque Pumalín, fue llevada a cabo para mejorar la comunicación y colaboración entre organizaciones afines.

Como parte de estos esfuerzos, también realizamos publicaciones para dar a conocer el estado sanitario de la salmonicultura en el país, las que fueron distribuidas ampliamente. Descargar estudio Salmonicultura en Chile acá.

Actualmente, a través de nuestro programa marino, buscamos conservar estos ecosistemas en la Ruta de los Parques de la Patagonia, impulsando espejos de conversación entre parques nacionales y parques marinos.

Publicaciones

La fundación Deep Ecology, la primera en su tipo creada por Douglas Tompkins para llevar a cabo su trabajo de conservación, inició un programa de publicaciones propias que tenían por objetivo informar, educar e inspirar a la acción en defensa de la naturaleza.

Desde el lanzamiento de su primer libro en 1993, Tala Rasa: La Tragedia de la Silvicultura Industrial (Clearcut: The Tragedy of Industrial Forestry), se han publicado más de 25 libros de de gran formato para reforzar el activismo, construyendo de esta manera la infraestructura intelectual para el cambio ecológico. Parte de esta colección incluye publicaciones sobre los parques nacionales que hemos ayudado a crear, tales como el libro de Parque Pumalín Douglas Tompkins, Corcovado y Yendegaia.

Hoy en día, y gracias a una alianza con el Servicio Nacional de Patrimonio Cultural, donamos más de mil ejemplares para la red de Bibliotecas Públicas del país, además de estar disponibles para descarga a través de la plataforma BP Digital.

Conectividad para Palena

En el año 2007, mientras se pretendía licitar el estudio del camino interior para conectar la Provincia de Palena con el resto de la Carretera Austral, impulsamos una campaña en conjunto con los habitantes de la zona para la construcción de una ruta costera directa que comunicara a las comunidades locales y promoviera el turismo. Esta ruta era una alternativa mucho más corta, de menor impacto ambiental, mayor impacto social, y más segura que el camino sinuoso a través de altas montañas. El camino interior es un proyecto de largo plazo, es por eso que propusimos una solución más inmediata que diera la conectividad tan necesaria a las zonas costeras de Chaitén.
Actualmente existe una ruta bimodal que conecta Chaitén con Puerto Montt a través de dos barcazas, pero además se ha avanzado en la construcción del camino costero, dando conectividad a localidades como Loyola, Chumeldén, Casa Pesca y Chana. Aún queda trabajo por avanzar tanto en el camino costero, como el interior.